Barbecho profesional

Si pudiera expresar en una función matemática lo que determina el bienestar habría en ella tres variables que podrían explicar en mucho el comportamiento de este, al menos en mi caso: la salud, el dinero y el tiempo disponible. Lo que frecuentemente más nos preocupa es el dinero; de la salud sólo nos acordamos cuando se contrae; pero de nuestro tiempo disponible mas bien hablamos poco. Por mucho que a uno le guste su trabajo el tiempo personal es a mi juicio esencial y es algo que cada día medito más. ¿Gestionamos correctamente nuestro tiempo libre? ¿Hacemos algo por aumentarlo?. Tengo la impresión de que nuestra sociedad, y me refiero a la española, nos tiene agazapados en un callejón con pocas salidas y sin embargo en estos dos años en Nueva York he realizado muchas entrevistas profesionales y me sorprende la frescura con la que los candidatos han decidido tomarse periodos sabáticos. Como es algo que me llama la atención siempre les pregunto el porqué y la respuesta suele residir en la necesidad de una especie de barbecho profesional. Los periodos sabáticos son muy naturales por estos lares. Posiblemente la agilidad del mercado laboral, el escaso valor de la antigüedad profesional, la escasez de vacaciones y la mayor riqueza relativa de los neoyorquinos permiten estas exquisiteces. La semana pasada un compañero de Madrid, un buen profesional, ha decidido que era su momento para ese barbecho profesional y la verdad sea dicha, me da envidia.

Club Universitario

Hay cosas que cambian poco. Norman Rockwell es a mi juicio el mejor ilustrador del S.XX. En general me fascina el arte costumbrista y nadie como él plasmó costumbres y realidades de la Norteamérica del siglo XX. Durante muchos años fue el realizador de las portadas del The Saturday Evening Post. En una de ellas, la portada del 27 de agosto de 1960, se publicó una ilustración suya del Club Universitario. Este club está reservado exclusivamente a ex-graduados de la llamada Ivy League, una asociación de ocho elitistas universidades del Noreste de Estados Unidos encabezadas por Yale y Harvard y también referidas como “las ocho antiguas”. Han pasado casi 50 años y como podéis comprobar pocas cosas han cambiado en esa esquina de la quinta avenida y la calle 54th. La foto es de hoy.

Ash wednesday

Ayer fue miércoles de ceniza y en Nueva York es un día de clara significación católica. En este país al haber tantas y tan diferentes religiones, a los feligreses de cada religión les gusta exhibir su adhesión de la misma manera que cuando ves a los ingleses paseando por Benidorm con la camiseta del Arsenal. Desde primera hora se empieza a ver frentes con una enorme cruz negra de ceniza. Todo aquel que se considera católico no deja de asistir a la señalización y el ritual y las colas en las iglesias son continuas. Por cierto, las cenizas se confeccionan a partir de la quema de los ramos del Domingo de Ramos del año anterior, y son bendecidas y colocadas como signo de la caducidad de la condición humana. El catolicismo es la principal religión en Nueva York. Los Irlandeses de origen llevan con orgullo el considerarse los mas practicantes seguido por Hispanoamericanos e Italianos de origen.

Metiendo la pata por NY

Andar por Nueva York después de una de las nevadas como las que caen aquí es francamente desagradable. Tienes que andar con sumo cuidado si no quieres pegarte un fuerte trompazo sobre una placa de hielo y debes de ir buscando recovecos para cruzar las calles y evitar el alpinismo no deseado sobre las acumulaciones de nieve. La nieve sobre los tejados genera caños espontaneos en el deshielo que tienes que sortear si no quieres recibir duchas frias extras. La ley municipal impone a todos los edificios a responsabilizarse en despejar la nieve acumulada de las zonas que rodean los edificios y en este sentido esto ayuda. Lo peor es cuando al caminar, miras, crees estar seguro de que vas a pisar sobre suelo y cuando menos te lo esperas tu pie anda buceando sobre un enorme charco de agua negra camuflado de asfalto. La irregularidad del suelo te engaña. Es entonces el momento en que te dices, “menuda metedura de pata”.

Bonus time

Bonus time, es así como llaman en el mundo financiero y cada vez más en el no-financiero a esta época en donde se definen lo que nuestros padres llamaban antiguamente bufandas navideñas. Es el momento profesional mas trágico-eufórico del año donde tienes la oportunidad de cabrearte con tu jefe si tus expectativas no se cumplen, donde el ser responsable de equipo se convierte en un autético juego de malabares y donde se ven recompensados los esfuerzos realizados durante el año. Es también el momento donde mucha gente aprovecha para cambiarse de empresa y donde los cazatalentos hacen su agosto. El bono, la remuneración variable en torno a objetivos es un clásico anglosajón cada vez más importante en el mundo de las grandes y medianas empresas.

Corbatas Hermés

La marca de corbata que de media se muestra más cochina entre ejecutivos de empresa es sin duda Hermés, que es desde hace años el Cohiba de las corbatas. Son caras, deben de andar por encima de los 100 euros y son muy apreciadas porque aparte de ser bonitas, el nudo se ajusta estupendamente al cuello de las camisas. Pueden ser no tan refinadas para algunos, en cuanto a sus diseños, pero de seguro, el que sabe de corbatas, reconoce una corbata de Hermés, como una señal de buen gusto. Estas corbatas tienen la particularidad, entre otras, de que jamás han cambiado el ancho de las mismas, toda la vida se han mantenido con un ancho idéntico, sin importar la tendencia de la moda. Los dibujos de Hermés son basados en cualquier diseño, pero su repetitividad, es decir, la manera de repetir los dibujos a lo largo de la corbata, la han hecho única. Diseñan la mayoría de sus dibujos en cuatro o cinco colores, y se hacen en cerca de 20 diseños al año. No es necesario ver la parte más estrecha para darte cuenta de que es una Hermés aunque la mayoría de ejecutivos que la visten la dejan suelta para mostrar la marca; es fanfarronería pura pero es así . El caso es que como es apreciada y cara, cuando se manchan, por mucho que se lleve al tinte es complicado eliminar totalmente la señal, y las sombrías manchas van manifestándose como las cicatrices del comanche. En condiciones normales tiraríamos la puñetera corbata a la basura pero claro, ¿cómo lo vas a hacer con una Hermés?. Este es el motivo por el cual la marca más sucia de corbata usada sea la Hermés.

Podcasts de clásica

La cantidad de recursos que tenemos a nuestra disposición por nada, es decir gratis es algo que como economista me inquieta desde un punto de vista académico y positivo. En un reciente artículo del Wall Street Journal, se mencionaba la cantidad de radios dedicadas a la música clásica que están desapareciendo de las ondas. A cambio como nota positiva menciona la enorme proliferación de podcasts que están apareciendo sobre música clásica. Pongo aquí los ejemplos para interesados.

http://rss.dw-world.de/xml/podcast_classical-masterpieces
http://www.gardnermuseum.org/music/podcast/theconcert.asp
http://www.nac-cna.ca/en/multimedia/podcasts/NACOcast.cfm
http://www.gramophone.co.uk/podcast/podcast.xml
http://info.royaloperahouse.org/Education/Index.cfm?ccs=1087&cs=2943
http://www.naxos.com/podcasts/podcastslist.asp

Cenita en Tamarind

Un extraño en Nueva York es como a veces me siento. Ayer cene en Tamarind, un excelente restaurante Indio situado en la calle 23 con la Quinta Avenida. La mesa estaba compuesta por cuatro comensales: el paganini, Hindú criado y educado en Francia , el de mi derecha Hindú criado y educado en España, el de mi izquierda Chino criado y educado en Brasil y por último yo un español de España, period. Por cierto el vino estupendo, un 2002 Pinot Noir de Willamette Valley, Oregon llamado Belle Vallee con el que trataré de encontrarme de nuevo.

C7

Me he quedado con el C7 de Betamax de mis padres. Para aquellos que no lo sepan el C7 fue un mítico reproductor de películas de vídeo en sistema Beta creado por Sony allá al principio de los 80s. Es un enorme reproductor pesado pero sólido como una roca al igual que su mando a distancia. No soy muy amigo de quedarme con cosas que no necesito pero reconozco tener una relación algo emocional con este cacharro. En él he visto multitud de películas de todo pelaje: las de chinos, las hemoglobínicas, los primeros partidos de NBA, los videoclips de los 80s, el primer Padrino, un ET pirata grabado con tomavistas en la sala de cine, en fin … que me pongo nostálgico. Recuerdo que JP y yo en Arroyo de los Sauces cuando el verano acababa y la gente desaparecía nos hacíamos un viajecito a Madrid para buscar este intimidante cacharro y vernos un porrón de películas en pocos días. Aún funciona y en algún momento cuando tenga tiempo seguro que me vendrán multitud de recuerdos y memorias con las grabaciones que aún conservo.

Sanidad en USA

Recuerdo que cuando estuve la primera vez en los Estados Unidos, mi tío Gene de Atlanta me dijo: Si quieres hacerte millonario en este país hazte abogado, médico o invéntate alguna religión. Mi mayor crítica hacia los Estados Unidos, es que tiene un sistema sanitario bastante deplorable. Es cierto que tiene muchas de las mejores clínicas del mundo, sólo aptas para gente muy millonaria, pero si sustraes estas excepciones lo que queda es un sistema sanitario pobre, muy basado en el mercantilismo. Los médicos ganan muchísimo dinero entre otras cosas porque primero, la educación de los mismos es extremadamente cara, han de estudiar una carrera preferible de ciencias antes de emprender la carrera como tal de médico y después han de pagar unas sumas millonarias por pólizas de seguros ya que el sistema legal, castiga desproporcionadamente los errores médicos, de esta manera los abogados pueden sacar fuertes sumas en minutas judiciales. Es muy desagradable que a diferencia de otras relaciones económicas lo primero que se habla cuando vas a un médico es de cuestiones monetarias. RM me comentaba hoy lo desagradable que es visitar a un medico aquí en comparación con España. Probablemente en España la situación esta descompensada a costa del sacrificio de los médicos y no creo que la situación a largo plazo sea sostenible pero hoy por hoy si pudiéramos elegir, preferiríamos enfermar en Madrid que en Nueva York.