Violines
Me asombra la habilidad que tienen los grandes violines para mantenerse eternamente jóvenes. Gracias a L.R., un importante banco de inversión americano nos invito a una audición de Midori con el pianista Robert McDonald, en la New York Public Library, en un marco precioso donde interpretaron diferentes sonatas de violín y piano. Midori es una grandísima violinista Japonesa que hizo su estreno con tan solo 11 años junto a Mehta y la filarmónica de Nueva York y toca con un Guarnerius del Gesú que data del año 1734 cuya propiedad pertenece a la Fundación Hayashibara. La historia de los grandes violines, los Amati, los Stradivarius o los Guarneri, desde su origen en los talleres de sus luthieres en Cremona y Brescia, hasta la fecha actual me parece fascinante y la idea de que los interpretes pasen y los violines sobrevivan es una de las grandes curiosidades que hay en la vida, sobre todo porque los violines son objetos muy frágiles. Estos son tan caros que es muy difícil que incluso los grandes violinistas puedan llegar a poseerlos. Por eso las grandes fundaciones y corporaciones los adquieren y se los ceden a los grandes interpretes para que sigan manteniendo su llama encendida. En este sentido es una pena que el Quinteto Palatino que realizó Stradivarius siga encerrado en unas urnas de cristal acorazado en los interiores del Palacio Real de Madrid.